Mario Miranda

Blog de filosofía, antropología, gastronomía, diseño y demás interesantes espacios de creación humana.


2 comentarios

El salto de la incertidumbre.

Pasan los meses como gotas de lluvia, silenciosos pero resonadores, dejan a su paso la marca de su presencia. No sabemos lo que sigue, así de simple. No sabemos, y eso, así de sencillo y duro, es lo que más nos noquea en la mandíbula del razonamiento.

Hace falta un golpe de ánimo, de certeza inesperada, de lluvia con granizo, de rayo rompe tímpanos. Una buena noticia falta, falta eso para darnos un punch de respiro. Necesitamos volver a salir con libertad, no podemos con esta aberrante normalidad. Hay que hablar entre nosotros, sentirnos cerca y no decaer. Necesitamos una vacuna pero de ánimo.

Es hora de sacar la verdadera voluntad de poder, no la nitzscheana, la buena, la poderosa, esa que no se pone el traje de dogmas ni camisas de posturas racionales. Necesitamos un golpe de ánimo, como nunca antes visto ni experimentado. Se requiere un ingrediente: «querer» no afectivo sino efectivo.

Hoy más que nunca necesitamos querer, querer un verdadero renacer en nuestro ser. Esta pandemia no puede matar lo verdadero humano. Las penas en el alma ya han pisado demasiado como para que un virus quiera protagonismo. No voy a permitirlo.

Como gimnasta en periodo pre olimpico, me esforzaré al máximo en cada músculo para no dejarme vencer y hacer más en menos tiempo. Necesitamos explotar todos los recursos que vienen del interior. ¿para qué tanta tecnología que disfrace el tedio?, moverse entre pantanos emocionales no es la receta de nuestra época. Ningún enemigo nos causó tanto hastío. Y sin embargo seguimos esperando allá afuera cuando la verdadera respuesta viene de dentro.

Despertar, seguir adelante y animar a los que nos rodean. Eso si es heroico en este momento.