Mario Miranda

Blog de filosofía, antropología, gastronomía, diseño y demás interesantes espacios de creación humana.


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Presencia del mal actual (parte 1 de 3)

Hay una continua presencia del mal en todos los ambientes humanos. Sloterdijk en su trilogía “Esferas”, nos presenta un fenómeno en donde los espacios humanos tienen un ingrediente esencial: esfera es el espacio vivido, vivenciado, espacio animado, “Globos” es la imposición de cosmólogos, matemáticos y metafísicos que imponen la narración de esferas. La pregunta por el ser humano se dirige a lo técnico, no a la persona, sino a fenómenos globales, fenómenos conglomerados de esferas. “Espumas” es la insolvente subversión del orden natural. Es aquello que al rozarlo, se revienta porque es inconsistente, frágil y efímero. Es el engaño realmente existente. El mal actual, no es sino una constante provocación de los instintos más bajos que el ser humano puede experimentar. La agresión, violencia física, asaltos, amenazas verbales, etc son expresión que tiene su causa o raíz en la aniquilación del sentido consciente de la existencia y, por consecuencia, la total perdida del sentido humano. La violencia no es lo mismo que el terror, el terror aparece cuando la violencia se establece como forma de gobierno, es decir, el gobierno es ese sistema humano que impera en una sociedad. Vivimos en una presencia constante del mal, al salir de casa no sabes si alguien te anda siguiendo, al conducir por la ciudad estas alerta de los demás conductores y en los semáforos mucho más alerta de quien se acerque sospechosamente. Al salir a las calles no puedes confiar en nadie. Vivimos una época como nunca antes vista y sobre todo, vivida en el terror. Cada semana te enteras de alguien conocido que está desaparecido o no se sabe de él. El terror se ha instalado como un virus que infecta a toda la sociedad, ya no importa si eres rico o pobre, igual te asaltan o te secuestran. Es aterrador ver la manera en que matan y descuartizan cuerpos como si fueran retazos de pollo; la carnicería humana supera a cualquier película de horror. ¿Cuántas mujeres desaparecidas van sumándose cada día?. Muchos estudiantes universitarios siguen desapareciendo y muchas personas más en todas las alcaldías de la CDMX y en el estado de México mucho más. Hay muchas causas en ello, aquí mencionaré solamente cinco.

  1. La ausencia de vida interior.

Es decir, cuando no se tiene un sentido de trascendencia personal, no se tiene vida interior, cuando tienes un proyecto de vida que incluya el respeto a los que te rodean, sean familiares o desconocidos, se tiene vida interior que es como un círculo en donde se inicia con la conciencia de sí mismo, de cuidarte a ti mismo y de ahí a cuidar o procurar el respeto a los demás porque los otros, aunque sean desconocidos, son semejantes a ti, y por esa connaturalidad, los respetas. Cuando se pierde la vida interior, se pierde el respeto a los demás.

  1. La velocidad de la vida.

Todo pasa deprisa. Cumplir de la mejor manera tus debes en casa, en el trabajo, en la familia, resulta desgastante. Las exigencias propias de la vida se vuelven en sí mismas muy exigentes, requieren hacerse bien. Nosotros nos exigimos cada día más a nosotros mismos y la falta de tolerancia hace perder la cordura y el trato con los demás. Los más afectados son las personas con las que convivimos más tiempo. La familia también queda afectada por los cambios de humor que tenemos, se nos olvida que la familia es la sociedad más cercana a nosotros, la que te cobija y te acompaña en las buenas y en las malas. Con la confianza se genera, sin darse cuenta, un desprecio “natural”, y lo llamo natural porque comienza con faltas de respeto ligeras, con silencio prolongado, con ordenes constantes, con diversos detalles que van degradando la convivencia. Se nos olvida que la convivencia es algo delicado, frágil y que requiere sentido de comunidad, no se conoce o no se quiere hacer una vivencia que integre y que entre todos se ayuden y se respeten los tiempos personales.

  1. La vida laboral.

Como dice el filósofo surcoreano Byung-Chul Han, vivimos en una sociedad que consume a los trabajadores, los desgasta en la promesa de una vida exitosa(Ver «El aroma del tiempo» y «la sociedad del cansancio»). Cada vez necesitamos pasar más horas en el trabajo por un sueldo medianamente “bueno”, un sueldo que nos permita pagar un nivel de vida “digno” o de calidad. No nos damos cuenta que el tiempo en famiia es el que determinar el futuro de la persona y contamos con poco y pocos días para ello, los fines de semana son la oportunidad que tenemos para la convivencia familiar y muchas veces se pierde el tiempo en otras actividades que dividen en lugar de unir. Habría que encontrar el modo de poder estar en los dos ambientes, laboral y familiar de manera completa y sin embargo, el trabajo sigue siendo la principal causa de perdida de energía. Es complicado organizar el día porque surgen imprevistos, a veces hay que quedarse más tiempo, salir tarde, tráfico, quedarse sin comer o comer a destiempo, juntas de trabajo de último momento, pendientes, etc. En la familia también debe de hacerse planeación de actividades, recreaciones, estudio, actividades integradoras, etc. Hay tanto por hacer en familia que ni nos damos cuenta. El estrés provocado por el exceso de trabajo nos hace irritables con nosotros y con los demás, generando malestar en la convivencia.

  1. El círculo vicioso.

En una sociedad donde hay una constante de desempleo, falta de trabajo, trabajos mal pagados, pobreza, falta de ganas de trabajar, falta de formación académica y profesional, es fácil que se genere una cultura de sacar provecho de los demás a través de la violencia en los asaltos a mano armada para conseguir de manera “fácil” lo que no pueden conseguir trabajando honradamente. El ejemplo más aberrante y vergonzoso es el asalto a la Casa de Moneda e la CDMX, tres sujetos de manera simple y en pocos minutos, robaron más de 50 millones de pesos en centenarios. Ningún detenido, la vida sigue su curso. Los asaltos se han vuelto un modus operandi profesional, estudiado, planeado, cronometrado y sin incidentes ni lesionados.

  1. La violencia como expresión.

Sin embargo, hay personas con grados académicos, con familias, con buen empleo, etc y aún con todo esto, son violentos, son agresivos y cometen muchas acciones malas. Pareciera que tienen una doble vida, una máscara en donde en ciertos lugares se comportan y en otros expresan odio y agresión con los que le rodean. Las causas deben ser las 4 anteriores o algunas desconocidas.

Conclusión:

El mal es una ausencia de bien. Partiendo de ésta premisa filosófica, se debe actuar y prevenir el mal. Se requiere el apoyo de psicólogos, filósofos para enseñar el sentido de vida y padres de familia conscientes de su responsabilidad. En suma, la sociedad que debe anidar los valores y la responsabilidad de las acciones humanas, debe estar sólida y consolidada. No se debe dejar a los profesores de prescolar, primaria, secundaria y preparatoria todo el peso de la formación de la persona. Debe darse un trabajo en equipo que responda a los retos actuales y futuros.

 

Fin de la primera parte.

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